Castillo de Sanguino
Un antes y un después
El Castillo de Sanguino, sito en la encantadora localidad segoviana de Valdeprados, data del S. XV, concretamente de la época del Rey Enrique IV. Cuenta la leyenda que el Rey Enrique IV debía batirse en un duelo. El valiente Conde de Puñonrostro se ofreció, como Noble Señor a batirse en su nombre. El Rey en gratitud por este gesto de valentía y nobleza le obsequió con cuantas tierras pudiera abarcar el galope de su caballo hasta extenuarse, Donde el famoso caballo agotó sus días por el cansancio, El conde obtuvo el Derecho a levantar su fortaleza y Castillo donde velaba todas sus vastas tierras que al paso de su veloz corcel había conquistado. Este es el Castillo de Sanguino que se alza majestuoso desde el S. VI hasta nuestros días en el páramo segoviano. Desde las almenas de su torreón se divisa el valle del Río Moros, el vuelo de Halcones y Águilas Imperiales (Símbolo de la Casa de los Trastamara, Reyes de Castilla) o los antiguos caminos que recorría Isabel La Católica haciendo descanso en nuestra humilde morada camino del Alcázar de Segovia.
Cuando el escultor Luis Sanguino contempló por primera vez, al abrirse los fastusos portones de de hierro Forjado la torre de Puñonrostro, decidió que ese, y no otro, era el lugar donde descansarían todas sus esculturas. Parafraseando a Lewis Carron, uno de sus autores Favoritos, por su imaginación pasó Alicia entre árboles, rincones, rosales y cada una de sus mujeres amantes, colosos, ninfas o sirenas. Por eso hoy entrar en ese mundo es como abrir una puerta a un cuento de fantasía. Tras el Portón te imaginas en un bosque de ensueño, con elfos, Enanos, flores, magia y rincones inolvidables. Un sueño romántico que se convierte en el marco perfecto para una celebración tan personal, especial y única como es una boda. Al final lo que más nos congratula y nos emociona es formar parte de todas y cada una de las personas que han soñado con nosotros. Como si del vestido de la novia se tratase el Castillo de Sanguino termina siendo el recuerdo inolvidable de ese día tan especial para los enamorados que deciden compartir ese momento precioso con nosotros. Sonrisas, algunas lágrimas, emociones, miradas encontradas, detalles, susurros, alegrías, esperanzas, proyectos de vida.... todo eso y mucho más va impregnando los muros de nuestro Castillo. Y con esa felicidad vamos contruyendo un lugar sencillamente diferente: Castillo de Sanguino, cuya personalidad, singularidad y encanto lo hace único en el mundo.